No abras esa puerta, detrás se encuentran ellos, siempre al acecho.
Nutriendose de mis victorias y derrotas, haciéndose más fuertes cada vez, sacándome de problemas y de quicio, haciéndose invulnerables a todos mis métodos de escape y permitiendo que la inseguridad haga presa de mis sentidos.
Nunca sabes el resultado que vendrá de ahí dentro, pero cuándo tú autocontrol se extingue y te dejas llevar no hay vuelta atrás.
No abras...
Te lo dije.
No hay comentarios:
Publicar un comentario