miércoles, 31 de octubre de 2018

Deseo

Sensación complicada y fácilmente malinterpretada, se confunde con amor, con odio, con admiración y con otras mil cosas más, pero hay que admitirlo, es deseo.

Deseo egoísta, crudo y honesto, que no entiende ni le importan razones, relaciones, educación, distancia u horarios.

Deseo que babea, jadea, derrocha y  reclama con cada respiración proferida, profunda o superficial, el deseo está ahí.

Deseo que abraza y abrasa la piel y el espiritu y sigue su curso hasta que lo sacias e incluso un poco después siguen los remanentes ahí, aún ardiendo y envolviendote.

Deseo que produce miradas que derriten voluntades y secan convicciones, que hace flaquear tus piernas y tus ideas.

Ese deseo que logra ponerte de rodillas ante una silueta que te habla en lenguas incomprensibles y aún así sabes exactamente que es lo que intenta decirte.

Contradicciones en estado puro, una boca seca pero llena de saliva, una mente que se mueve rápido pero un cuerpo paralizado, la necesidad de tomar ese aliento rapidamente para después tomarte tu tiempo embriagandote en él, satisfacer frenético tus instintos de una manera lenta.

Deseo que sientas ese deseo, pero, ¿Qué deseas tú?