miércoles, 30 de octubre de 2013

Horrorgrafía

No es que sea un exagerado, yo diría que soy un amante de la palabra bien escrita.

Porque escribir bien es un arte del que todos deberíamos participar y disfrutar.

Aunque durante algún tiempo estuve interesado en una mujer.

Era un poco tímida, eso la hacía ver linda, y como estudiante era decente.
Creo que está de más el mencionar que sus atributos físicos eran excelsos y que el gris ambiente de aquellas tardes escolares resaltaba aún más todo sobre ella.

Así durante una ajetreada y monótona tarde de clases lo decidí.

Le expresé en una carta digna de Neruda o de Benedetti todos mis sentimientos hacia ella.
Lo que más dolió fueron esas 4 palabras de respuesta:

"Io tanvien te hadoro".

jueves, 17 de octubre de 2013

No abras.

No abras esa puerta, detrás se encuentran ellos, siempre al acecho.
Nutriendose de mis victorias y derrotas, haciéndose más fuertes cada vez, sacándome de problemas y de quicio, haciéndose invulnerables a todos mis métodos de escape y permitiendo que la inseguridad haga presa de mis sentidos.

Nunca sabes el resultado que vendrá de ahí dentro, pero cuándo tú autocontrol se extingue y te dejas llevar no hay vuelta atrás.

No abras...

Te lo dije.

jueves, 10 de octubre de 2013

Viento.

Siento el viento.
Ese viento que anuncia el fin de una aventura, esa nostalgia en el pecho por los compañeros que he de dejar mas no de olvidar.
Llevo grabados en la mente las aventuras, risas, bromas, molestias...
Pero sobre todo esos ojos grises y hermosos que derraman lágrimas por mi mientras yo hago promesas de volver, aunque sé que cumplir esas promesas será igual o tal vez más difícil que ésta  misma empresa.
Pero no importa, sigo siendo libre como el viento y los nuevos caminos que se abren ante mi algún día me han de llevar de vuelta ante todos ellos, ya sea por separado o, en el mejor de los casos juntos, de nuevo, bajo la misma luna.
Pero a esos anhelados ojos son hacia los que encaminaré mis pasos...
Hasta entonces seguiré de frente con el viento soplando en mi cara, la lluvia mojando mis miedos y mis recuerdos alimentando mis pasos.

Tú, yo, ¿Extraños coincidentes?


NOTA DEL AUTOR: Esto puede tener cierto parecido a la entrega en partes "Llamada nocturna , es algo por el estilo. Con la diferencia de que ésta vez es una cooperación entre otra autora y yo, lo estamos haciendo un párrafo cada uno alternados, veremos que sale, esperemos si puedan ser más entregas.

Era un día cualquiera de verano, una tarde que solo pasaría con mis amigos , nada muy rebuscado, las mismas bromas simples y los mismos artículos a comprar en la tienda. Ese día Alejandro y yo hacíamos por intentar conocer alguna chica y cortejarla aunque fuera por una tarde.



Si, era uno de esos eventos en los que vas a platicar con los amigos y a pasar un buen rato, hay mucha gente, sin embargo, nunca sabes cuando te puedes encontrar con alguien interesante.

Llegó un momento en el que la sed hizo efecto y entre bromas y demás fuimos a la tienda de autoservicio a comprar algo, con nosotros iba el conocido de uno de mis amigos.

Al llegar a la tienda, el conocido de mi amigo vio a unas "amigas" suyas (algún tiempo después sabría que apenas y las conocía) y como nos parecieron atractivas nos acercamos a saludar.

Estábamos sentados en una tienda de autoservicio que estaba en la esquina, es normal encontrarse con otras personas que tal vez conoces; en esta ocasión fue un conocido de un amigo con el que platicabamos y unos jóvenes se acercaron a saludar.

-"Lindo peluche"-, fue la primera frase que atine a decir al ver que una de las jóvenes allí reunidas sostenía dicho objeto.

La conversación siguió por unos momentos, no pasaba de comentarios graciosos y chistes, parecían ser personas agradables.
Un rato después, y antes de despedirnos, nos pasamos lo correos electrónicos para poder seguir en contacto.