miércoles, 5 de diciembre de 2018

Karla

Hola, ¿Cómo estás?
Ha pasado algo de tiempo y volvemos a hablar, o te vuelvo a escribir, o me vuelves a leer, ya no se como va esto y aún no estoy seguro de que alguna vez hayas leído algo de lo que te he escrito.

Pero bueno, solo te dire que aquí todo sigue igual, la ciudad, la gente, el trabajo, todo igual, incluso esa maldita inseguridad mía que hizo que quisieras marcharte esa noche.

En realidad todo alrededor mio ha cambiado, pero lo ha hecho de una manera tan lenta que que no me doy cuenta, o no me importa; resulta que ahora la cerveza ya no me sabe igual, me cuesta mucho reír, cantar, escribir, bailar o alguna de esas cosas que te agradaban de mi, o eso decías.

No quiero que esto se malinterprete, si estoy escribiendote es porque hoy otra vez creí reconocer tu olor en alguien que pasaba de largo por la calle y volví a mentirme y a decir que ya no debe importarme.

Recordé la vez que dijiste que yo era tu "Rock Star" y tu mi Yoko Ono mientras tus dedos flacos se movían al compás de mi guitarra en una de esas ya lejanas noches de vino y bohemia.

Las playas, los bosques, las lluvias, los veranos, todos esos retratos del pasado que como un imbécil no he podido sacar de mi memoria, no importando todo el tiempo que ha pasado.

Nos quisimos bien, no podemos negarlo, y es que fueron muchas la estaciones que compartimos, y todo lo que ahora me queda es el recuerdo de unos labios que suturaron cada herida de mi piel y todo eso que no pasó entre los dos.

Es evidente que aunque intenté no dramatizar y ocuparme de mis cosas, ese plan me ha salido extremadamente mal, y debo admitir que si me duele más el hecho de pensar en ti que lo que hicimos todas esas noches, disfrutando la libertad entre cuatro paredes mientras transformabamos en esclavos los acordes de alguna canción.

Y por eso es tan tonto, que de todos los lugares a los que me llevan los recuerdos de nosotros juntos, me encuentre hoy aquí escribiendote una carta.

Escribiendote una carta en esta gris tarde, sentado en la banca frente a tu tumba en el cementerio...

Te extraño.