viernes, 10 de abril de 2020

Recaída

Cada vez que sucede me pregunto "¿Por qué lo sigo permitiendo?".

Es asintomático, no tiene un periodo definido, simplemente ocurre, y no me agrada.

El caso es que mágicamente mi autoestima se desploma y mi seguridad zozobra.

No importa lo repentino de la situación, mis miedos e inseguridades son puntuales al momento de presentarse.

Miedo a la soledad, miedo de no estar a la par de la compañía, de no saber como actuar, de ser olvidado, de ser muy viejo, de ser muy joven, de mi físico, de mi intelecto, de mis amistades  de mis capacidades... miedo a no ser suficiente.

Y de repente me siento solo, aunque haya diez mil personas que me digan lo contrario, en mi cabeza recorro una y otra vez los hechos por lo que esto no es cierto y no logro convencerme de lo contrario, estoy solo y aparentemente lo merezco.

Y aunque después de unos días de darle vueltas la sensación parezca aminorar, realmente creo que solo se acumula en mi interior, creciendo y haciendo que la siguiente vez sea más fuerte, más larga y que deje un peor sabor de boca cuando ya ha "pasado".

Realmente quisiera tener esa misma impulsividad juvenil y largarme de este lugar, pero ya no la tengo  los años y las situaciones han hecho agujeros enormes en lo que alguna vez fue mi autoestima.

El alcohol y el tabaco son mejor compañía que la que alguna vez me ofreció mi familia, y por favor no me hagan empezar con mi familia.

El aislamiento no ayuda, la compañía tampoco y realmente cada día hay menos motivación para siquiera encontrar algo que lo haga.

Pero quizás no estoy roto.

No tanto al menos, quizás solo sea una pasajera recaída.