A veces me dan ganas de subir a ese tren que parte, para llevarme a dónde no he estado y dejando ese lugar donde no volveré a estar.
A veces me da miedo dar ese paso hacia la nada, lo incierto me congela y mis piernas no responden.
A veces no quiero ser yo, ni él, ni nadie, solo existir como un etéreo observador de la existencia.
A veces sueño con los que ya no están, sueño que su partida nunca pasó y que por consecuencia nada cambió.
A veces cuando estoy en algún lugar alto una voz en mis adentros me grita ¡Salta! y de repente la distancia no se antoja tan grande.
A veces pienso en aquellos labios que besé y si es que los quisiera de vuelta a pesar de todo el dolor que me trajeron y les traje.
A veces, a veces tengo ganas de muchas cosas, pero solo a veces les hago caso.
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